Un Ícono del Cine y Teatro Argentino
Su nombre real César Lusiardo, nacido el 13 de septiembre de 1896 en Ferrol, España, y fallecido el 24 de junio de 1982 en Buenos Aires, Argentina, fue un destacado actor y bailarín de tango que dejó una huella imborrable en la cultura argentina. Proveniente de una familia de inmigrantes, se trasladó a Argentina en su infancia, donde comenzó su carrera en el teatro como utilero antes de debutar profesionalmente.
Creció en el barrio de San Telmo y vivió en los bajos de la calle México, un área conocida por su cultura tanguera. Inició su educación en el colegio de San Ignacio y la finalizó en la escuela Catedral Norte. Comenzó a bailar tango a los 13 años y trabajó en varios oficios hasta que, a los 17, empezó como utilero en el Teatro Nacional, donde conoció a Carlos Gardel.
Se casó con la actriz Adela Delia Codebó y tuvieron una hija, Mabel. Era conocido por su religiosidad, su pasión por el boxeo y su amistad con el boxeador Luis Ángel Firpo. Poseía un Chevrolet cuatro puertas que fue su automóvil toda la vida. En 1977, sufrió un accidente cerebrovascular del cual nunca se recuperó completamente, falleciendo en Buenos Aires en 1982.
Su versatilidad: Del teatro al Cine
También tuvo una carrera destacada en el teatro, paralela a su labor cinematográfica. Antes de consagrarse en el cine, brilló en los escenarios porteños, donde demostró su versatilidad y carisma como actor y cantante. Su formación artística comenzó en el teatro de revistas, un género muy popular en Buenos Aires durante las primeras décadas del siglo XX.
En el teatro, compartió escenario con grandes figuras del espectáculo argentino, consolidándose como un referente del entretenimiento en vivo. Su habilidad para conectar con el público, su sentido del humor y su talento para la comedia lo hicieron destacar en obras de géneros diversos, desde el teatro de variedades hasta el drama. Además, su experiencia en el tango, tanto en la música como en la actuación, le permitió lucirse en producciones donde la música tenía un rol central.
El teatro fue, sin duda, una plataforma fundamental para, que le permitió pulir su arte antes de dar el salto definitivo al cine. Su naturalidad en el escenario y su carisma también marcaron sus actuaciones en el cine, donde llevó esa misma energía teatral que tanto encantaba al público.
Uno de los momentos más destacados en el teatro fue su participación en el popular teatro de revistas en Buenos Aires, donde trabajó junto a grandes figuras como Enrique Santos Discépolo y Tita Merello. Su presencia en este género fue clave para consolidar su imagen como un actor versátil y carismático.
Entre las obras más relevantes de su carrera teatral se encuentra su participación en “La revista dislocada”, un espectáculo de gran éxito que combinaba humor, música y sátira política, reflejando el estilo popular de las revistas porteñas de la época. En este tipo de producciones, mostró su habilidad tanto para la actuación como para el canto, destacándose como una figura completa del entretenimiento en vivo.
Su actividad en el teatro también incluyó actuaciones en dramas más serios, como “El conventillo de la Paloma”, una de las obras más emblemáticas del teatro costumbrista argentino, donde supo retratar con sensibilidad la vida en los barrios populares de Buenos Aires.
Tito Lusiardo: Un Ícono del Cine Argentino
Uno de los actores más carismáticos y versátiles del cine argentino, dejó una huella imborrable a lo largo de su extensa carrera. Su debut en la pantalla grande se produjo en 1933 con la película Dancing, dirigida por Luis Moglia Barth. A partir de ahí, participó en más de 60 películas, destacándose tanto en comedias como en dramas y musicales.
Es quizás mejor recordado por su colaboración con Carlos Gardel, la leyenda del tango. Juntos protagonizaron dos de las películas más emblemáticas del cine argentino: El día que me quieras y Tango Bar, ambas de 1935. Estas obras no solo fueron cruciales para la carrera de Lusiardo, sino que también ayudaron a consolidar su lugar en la historia del cine y el tango.
Entre las colaboraciones más importantes se destacan su trabajo con el renombrado director Manuel Romero. Bajo su dirección, brilló en cintas como Luna de miel en Río (1940) y El cantor del pueblo (1948), esta última considerada una de sus actuaciones más emotivas.
Su talento no se limitaba a un único género. Su versatilidad se evidenció en comedias como Tres anclados en París (1938) y Un señor mucamo (1940), así como en dramas como La vida es un tango (1939). Incluso incursionó en aventuras con películas como La muchachada de a bordo (1936) y La vuelta de Rocha (1937).
Uno de los momentos más singulares de su carrera llegó en 1969, cuando entró al libro Guinness de los récords por repetir el mismo papel que había interpretado 35 años antes en una nueva versión de El día que me quieras. Este hecho es un testimonio de su duradera popularidad y de su capacidad para mantener el carisma y la energía que lo habían caracterizado durante toda su carrera.
Su última participación cinematográfica fue en Buenas noches, Buenos Aires (1964), un musical donde una vez más demostró su talento como cantante y bailarín. Tras esa película, decidió retirarse, pero su legado en el cine argentino ya estaba más que consolidado.
Es recordado no solo por su notable capacidad actoral, sino también por su cercanía con el público. Su carrera, marcada por una diversidad de géneros y roles, lo convirtió en uno de los actores más queridos de su tiempo. Además, su amistad con Gardel y su contribución al mundo del tango le aseguraron un lugar destacado en la cultura popular argentina, donde su figura sigue siendo celebrada y recordada como uno de los grandes íconos del cine y del espectáculo.
Cuál fue El Vínculo de Tito Lusiardo con el Tango
Su vínculo con el tango fue fundamental en su carrera artística, tanto en el cine como en el teatro. Aunque no fue un cantante de tango en el sentido tradicional, su relación con este género musical lo convirtió en una figura importante dentro de la cultura tanguera,
especialmente a través de su trabajo en el cine y su colaboración con grandes exponentes del tango.
Además de su colaboración con Gardel, también trabajó en otras películas y obras teatrales vinculadas al tango, como La historia del tango (1949) y El morocho del Abasto (1950), una biografía sobre Gardel. En estas producciones, su papel fue clave para dar vida a historias y personajes que representaban la esencia del tango, reflejando la pasión, el drama y la melancolía que caracterizan al género.
Su conexión con el tango también se extendió al teatro de revistas, un género en el que el tango tenía una presencia destacada. En escenarios porteños, combinaba su habilidad para la actuación y el humor con números musicales de tango, complementando su presencia escénica con el ritmo y la energía del género. Su trabajo en obras como La revista dislocada lo consolidó como una figura versátil y querida por el público, capaz de moverse con gracia y naturalidad entre el humor, la música y el drama.
El tango fue mucho más que un telón de fondo en la carrera de Tito Lusiardo: fue una parte integral de su imagen artística y su legado. Su vínculo con el género, ya sea en el cine junto a Gardel o en el teatro de revistas, dejó una marca indeleble en la cultura popular argentina.
Cómo fue su relación con Carlos Gardel
La relación entre Tito Lusiardo y Carlos Gardel fue cercana tanto en el ámbito profesional como en el personal. Se conocieron durante los años dorados del cine y el tango, cuando ambos trabajaron juntos en dos de las películas más emblemáticas del género: El día que me quieras y Tango Bar, ambas de 1935. Estas colaboraciones no solo fueron un éxito en la pantalla, sino que también sellaron una amistad que perduró más allá de sus encuentros cinematográficos.
Compartieron escenas memorables, donde la química entre ellos era evidente. A pesar de que Gardel era la figura central, Lusiardo logró destacar con su naturalidad y sentido del humor, lo que hizo que el público los identificara como una pareja artística ideal. Lo mismo ocurrió en Tango Bar, una película donde él aportó su toque de comedia y simpatía, complementando perfectamente la interpretación de Gardel, quien encarnaba a un personaje más dramático y melancólico.
Fuera de la pantalla, se dice que la relación entre ambos fue de respeto y camaradería. Gardel, ya una leyenda en ese momento, admiraba el carisma y el talento de Lusiardo, mientras que este último siempre manifestó un profundo respeto por la figura de Gardel, no solo como cantante, sino como actor y amigo. De hecho, tras la trágica muerte de Gardel en 1935, Lusiardo habló en varias ocasiones de la tristeza que sintió y de la pérdida que significó para la cultura argentina.
La colaboración y amistad entre ambos artistas dejó una huella en la historia del cine y el tango. El legado de sus trabajos juntos sigue siendo recordado como una de las grandes duplas del cine argentino. Además, el hecho de que Lusiardo interpretara el mismo papel en la nueva versión de El día que me quieras 35 años después es un homenaje a su conexión con Gardel y a la importancia que esta película tuvo en su carrera.después es un homenaje a su conexión con Gardel y a la importancia que esta película tuvo en su carrera.
El vínculo entre Tito Lusiardo y Carlos Gardel no solo es una parte esencial de la historia del tango y el cine argentino, sino también un testimonio de cómo la amistad y la colaboración artística pueden trascender el tiempo. La unión de sus talentos, tanto en la música como en la pantalla, sigue siendo celebrada como uno de los grandes momentos de la cultura argentina.
El día que me quieras – Es una película musical de 1935 dirigida por John Reinhardt y protagonizada por Carlos Gardel, Rosita Moreno, y Tito Lusiardo. Producida por Robert R. Snody y Éxito Productions, con guion de Alfredo Le Pera y música de Carlos Gardel y Terig Tucci, la película se filmó en los Estudios Kaufman Astoria en Nueva York. La trama sigue la historia de amor entre el personaje de Gardel, hijo de un millonario que lo rechaza por su carrera musical, y una artista, Margarita, interpretada por Moreno. Después de la muerte de Margarita, Gardel se dedica a criar a su hija, Marga, quien repite la historia de amor de sus padres. La película se destaca por su calidad y las actuaciones emotivas de Gardel, quien canta temas como «Sol tropical», «Sus ojos se cerraron», y «Volver». Una característica notable es la participación del joven Astor Piazzolla, quien años después se convertiría en un renovador del tango. La película se estrenó en La Habana, Cuba, poco después de la muerte de Gardel en un accidente aéreo. En 1969 se realizó una nueva versión de la película, dirigida por Enrique Cahen Salaberry y protagonizada por Hugo del Carril, Susana Campos y ek mismo papel de 1935 Tito Lusiardo.
Tito Lusiardo interpreta a Rocamora, un personaje secundario en la película, que interactúa con los protagonistas principales, Carlos Gardel y Rosita Moreno. Aunque no es el protagonista central, su actuación contribuye a la dinámica del relato y al desarrollo de la historia.
En el contexto de la película, Lusiardo es parte del elenco que acompaña a Gardel, quien interpreta a Julio Argüelles, y a Rosita Moreno, que hace el papel de Margarita y su hija Marga.
En “El día que me quieras”, Tito Lusiardo da vida a Rocamora, un personaje que aporta a la narrativa y al ambiente musical de la película.
El día que me quieras (1935)
El día que me quieras – Una película argentina dirigida por Enrique Cahen Salaberry, estrenada el 17 de abril de 1969. La historia sigue a un famoso cantor de tangos que viaja a Copacabana, donde su hija se enamora de un joven argentino, lo que provoca la oposición del padre. La película está basada en la canción de Alfredo Le Pera y cuenta con un guion de Abel Santa Cruz.
El elenco principal incluye a Hugo del Carril como Julio Quiroga, Susana Campos como Andrea, y Tito Lusiardo como Pascual, entre otros. La película fue bien recibida, ganando varios premios en 1970, incluyendo el de mejor película y mejor director por parte de la Asociación de Cronistas Cinematográficos de Nueva York.
A pesar de ser considerada una remake innecesaria del clásico de 1935, recibió elogios por la actuación de Hugo del Carril y su conmovedora interpretación de «Mi Buenos Aires querido».
El personaje de Pascual, interpretado por Tito Lusiardo en «El día que me quieras» (1969), es un papel significativo que refleja la tradición del tango y la cultura argentina. Pascual es un amigo cercano del protagonista, Julio Quiroga, y su carácter está marcado por la lealtad y la pasión por la música. A lo largo de la película, su relación con los demás personajes, especialmente con la familia de Julio, es fundamental para el desarrollo de la trama.
En cuanto a la comparación con la versión de 1935, en la que también aparece el personaje de Pascual, interpretado por Lusiardo, se puede decir que su interpretación en 1969 es una continuación de su papel original, lo que lo convierte en un caso único en el cine. Lusiardo se destaca por su capacidad de dar vida a este personaje a lo largo de más de 30 años, lo que le ha valido un lugar en el libro Guinness por repetir el mismo papel en diferentes épocas.
Ambas versiones comparten la esencia del personaje, aunque el contexto y la narrativa pueden variar, reflejando la evolución del cine y la cultura en Argentina.
El día que me quieras (1969)