🌟 R͙e͙c͙o͙r͙d͙a͙m͙o͙s͙ e͙l͙ c͙u͙m͙p͙l͙e͙a͙ño͙s͙ d͙e͙ 🌟 Ettore Scola Nació 10 de mayo de 1931

Nació en Trevico, 10 de mayo de 1931 – falleció en Roma, 19 de enero de 2016, fue un destacado director de cine italiano, conocido por su trabajo en la comedia italiana de posguerra.

Con una ironía aguda, narrando a Italia sus propias historias. La “comedia italiana” se burlaba del país mientras provocaba carcajadas entre el público. Fue, una figura prominente de esa era, continúa siendo un ícono entre los directores de cine de Italia. Comenzó su carrera en las sombras, sin créditos como guionista, para luego ascender a primer asistente de dirección y finalmente director. Desde la icónica correspondencia de Totò y Peppino hasta la introspectiva “Qué extraño llamarse Federico”, ha trazado un camino irónico a través de la evolución del cine italiano. Sumergirse en su obra es como viajar a través de la historia del séptimo arte y del país mismo.

“Estas películas representan solo una pequeña muestra de las numerosas joyas que surgieron durante la época dorada de la comedia italiana.”

Influencia de su infancia

La infancia de Ettore Scola en un entorno rural marcado por el fascismo y la nostalgia por el pasado imperial italiano influyó en su enfoque narrativo centrado en las personas comunes y sus historias, convirtiéndolo en un destacado cronista de la vida italiana en el cine del siglo XX.

Ettore Scola nació en 1931 en Trevico, un pueblo humilde montañoso de Campania, en el sur de Italia, en una época dominada por Mussolini y el Partido Nacional Fascista. A diferencia de Fellini (11 años mayor), cuyo primer amor fue el cine, pues nación en Rímini, el principal y el más populoso centro de la Ribera romañola, que en aquella época contaba con varios cines, para Scola eran las conversaciones y recuerdos de la gente lo más importante. Su infancia estuvo marcada por la nostalgia del pasado imperial italiano y la miseria de la entre guerra, con el cine utilizado como herramienta de propaganda por el régimen fascista.

El entorno en el que creció Scola, en un pueblo pequeño donde la iglesia era el edificio más grande, influyó en su preferencia por las historias cotidianas y las conversaciones de la gente. Esta experiencia se refleja en su obra cinematográfica, donde se destacó por retratar a personajes anónimos y comunes, elevándolos a través de su narrativa centrada en el diálogo y las situaciones cotidianas. Su enfoque sobrio y realista le valió el reconocimiento como uno de los mejores cronistas de la vida italiana en tiempos turbulentos, desde el derrumbe del fascismo hasta la era de Berlusconi.

Sus inicios fantasmales

En el mundo anglosajón se denominan Ghostwriter (escritor fantasma). Un “escritor fantasma o negro” es un escritor profesional a quien se contrata para escribir bajo el nombre de otra persona autobiografías, cuentos, artículos, novelas, o incluso discursos, en especial para políticos, actores o personas mediáticas.

Ettore Scola, el maestro del guion a la sombra, el genio anónimo de la risa, el cómplice secreto de las grandes historias cómicas, y hasta Woody Allen, en sus primeros pasos, compartió esta senda. Cuando era apenas un joven trabajando como dependiente para el matrimonio Ettore Scola, el maestro del guion a la sombra, la magia de las palabras y las risas comenzó a tejérselas en su destino. Marcello Marchesi y Vittorio Metz, nombres venerados en la redacción de Marc’Aurelio por obras como «La terraza» y «Nos queríamos tanto», se convirtieron en sus mentores desde sus primeros pasos a los 15 años, cuando todavía vestía pantalones cortos al salir de la escuela.

Este relato, narrado por él mismo, emerge en un número especial dedicado a Marcello Marchesi por Panta, bajo la edición de Mariarosa Bastianelli y Michele Sancisi. Ahí, se despliega con meticulosidad la orquestación de la comedia italiana en su época dorada. Marchesi y Metz eran como maestros de la escritura cómica, trabajando simultáneamente en una decena de guiones que marcaron una era.

Una de las joyas de este vínculo era la regla de Billy Wilder (1909-2002): «Ni una línea sin paga». Esta norma subrayaba la ética del escritor y la importancia de respetar al público que consume su arte. Scola fue compensado por su trabajo directamente por Marchesi y Metz, revelando la cercanía y la confianza que compartían como creadores. Para él, eran mucho más que empleadores; eran el puente que lo conectaba al mágico mundo del cine durante esos años formativos.

Este vínculo le dio una felicidad especial, como la de un artista que se deleita en su trabajo a la sombra. Recordar, o quizás imaginar, las bromas que aportó a «Totò Tarzán», entre las muchas películas que el Príncipe rodó en esos tiempos, era motivo de orgullo y satisfacción. Solo los verdaderamente grandes, aquellos con una genuina chispa de ironía, pueden contar estas historias sin temor a perder su esencia ni su posición como maestros del arte.


Historia: En la Italia de posguerra, tras el conflicto de la Segunda Guerra Mundial, emergieron dos movimientos fílmicos significativos: el neorrealismo y la comedia italiana. El primero, el neorrealismo, se distinguió por su enfoque en la representación auténtica y sin adornos de las condiciones sociales y políticas de la época. Por otro lado, la comedia italiana optó por una aproximación más ligera, empleando la sátira y el humor para explorar temas de la vida cotidiana.

Para conocer mejor a este magnifico director, tomamos prestado de la TV española este excelente programa: 

¤ 𝓗𝓪𝓫𝓵𝓮𝓶𝓸𝓼 𝓭𝓮 𝓒𝓲𝓷𝓮 ¤

¿Qué tipo de director fue?

Ettore Scola comenzó su camino en el cine como escritor y dibujante humorístico para la revista “Marc’Aurelio”, donde su ingenio y habilidad lo pusieron en contacto con luminarias como Flaiano, Maccari, Age y Scarpelli. Juntos, dejaron su impronta en más de setenta obras cinematográficas. Su extenso bagaje cultural suplió con creces la ausencia de una titulación académica, y su destreza en la escritura lo catapultó a la fama como guionista.

La oportunidad de dirigir, brindada por Vittorio Gassman, fue el punto de partida para que imprimiera su sello distintivo en el cine. Se distanció de la preocupación por la técnica cinematográfica, enfocándose en cambio en la narrativa y los personajes, considerando el plató un mero escenario necesario para la narración de sus relatos. Para él, la edición era una continuación de la escritura, una manera alternativa de contar la película.

Con una visión crítica y comprometida, se propuso retratar la realidad italiana, abordando temas sociales y políticos con una mezcla de entretenimiento y reflexión. La comedia italiana, género que ayudó a definir, se convirtió en una plataforma para discutir asuntos serios como el empleo y la pobreza, todo ello con un toque de humor que resonaba con el público.

Su enfoque en la comedia como medio para el compromiso social y político ofreció una alternativa más accesible a las películas explícitamente políticas de la época. La habilidad de para combinar la crítica social con el entretenimiento popular hizo que la comedia italiana fuera un género querido por muchos.

Scola dejó una marca imborrable en el cine italiano, contribuyendo a la evolución de la commedia all’italiana y colaborando con actores legendarios. Sus películas no solo entretuvieron sino que también provocaron reflexión, y su legado sigue siendo un referente en el cine contemporáneo.

Ettore Scola no solo fue un narrador excepcional sino también un observador perspicaz de la realidad italiana, y su legado continúa inspirando a cineastas y amantes del cine por igual.

Es conocido por dirigir varias películas destacadas que han dejado una huella en la historia del cine italiano. Y son reconocidas internacionalmente.Algunas de sus obras más memorables incluyen:

«Un día muy particular« (1977): Original Una giornata particolare (Un día muy particular, en ArgentinaUn día UN DIA MUY PARTICULAR(muy) especial, en el resto de América; Una jornada particular, en España).

Esta película, protagonizada por Sophia Loren y Marcello Mastroianni, es un drama ambientado en la Italia fascista de 1938. La historia se centra en un encuentro entre dos vecinos durante la visita de Hitler a Roma, explorando temas de soledad, represión y resistencia.

Se ha erigido, con el paso del tiempo, en un emblema cinematográfico de resistencia. Encarna una crítica contundente al fascismo y a las estructuras sociales que perpetúan los estereotipos de género, marginando a las mujeres. Además, destaca por su valiente condena a la hostilidad que enfrentaban las personas homosexuales bajo el férreo control del régimen de Mussolini, un contexto histórico que aún resonaba en la época de su realización.

Género Drama | Años 30. Amistad. Homosexualidad

Sinopsis El 6 de mayo de 1938 se convierte en un día de júbilo oficial mientras Hitler hace su entrada en Roma, y el fervor fascista inunda las calles. Sin embargo, en un edificio residencial, la vida transcurre de forma distinta. La portera permanece en su puesto, mientras que Antonietta, una ama de casa, y Gabriele, un hombre que guarda un secreto que lo hace vulnerable ante la ley, son los únicos residentes que quedan. En un rincón apartado del alboroto político, ambos forjan un vínculo emocional profundo, un refugio temporal que les brinda consuelo ante la desolación y la rutina que impera en sus existencias.

Posición en rankings FA

2 Mejores películas y series con temática LGTBI+

20 Mejores películas italianas de todos los tiempos

20 Mejores películas de los años 70

Premios

1977: 2 nominaciones al Oscar: Mejor actor (Mastroianni) y película extranjera

1977: Globos de oro: Mejor película extranjera. Nom. actor – Drama (Mastroianni)

1977: Festival de Cannes: Nominada a la Palma de Oro (mejor película)

1977: Premios David di Donatello: Mejor director y mejor actriz (Loren) (ex aequo)

1977: Premios César: Mejor Película extranjera

1977: Asociación de Críticos Norteamericanos (NBR): Nominada a Mejores películas

Críticas

«Memorables actuaciones de Loren y Mastroianni, película de amores imposibles, un auténtico canto a la amistad. Una película conmovedora» – Omar Khan: Diario El País

«Divertida y humana (…) Antonietta y Gabriele no son realmente pareja, pero su breve encuentro ilumina la pantalla con el brillo que sólo se obtiene con grandes actores que además son grandes estrellas.» – Vincent Canby: The New York Times

«‘A Special Day’ se despliega como una obra luminosa y humanista, que es más intrigante gracias a la fotografía en tonos sepia de Pasqualino De Santis (…) Puntuación: ★★★★½ (sobre 5)» – Clayton Dillard: Slant

Scola, emerge como una obra maestra que desafía el tiempo y se adentra en la crítica social con una perspicacia única. Con audacia, desmantela los mitos de la gran pantalla, representados por las icónicas figuras de Loren y Mastroianni, y se apropia de elementos de la realidad —como los noticiarios y la radio— para tejer una narrativa que refleja las tensiones de una era marcada por el fascismo.

La película trasciende los límites del drama al incorporar matices cómicos que iluminan la resistencia de las “almas especiales” contra las corrientes totalitarias que buscan homogeneizar el pensamiento y la acción. Scola, con su característica tendencia a romper con los cánones sociales, expone las fisuras de una sociedad que se aferra a ideales obsoletos y moralidades caducas.

La tensión narrativa alcanza su clímax en la interacción entre Antonietta y la celadora, una figura que simboliza la vigilancia y el moralismo opresivo, especialmente en el contexto de la visita de Gabriele al apartamento. La película se convierte en un espejo de la vida cotidiana, reflejando la desordenada y rota realidad de muchos hogares, y proclama que en la imperfección reside la verdadera perfección.

La actuación de Sofía Loren es sublime, encarnando a la perfección el papel de una Cenicienta moderna, mientras que la dirección de Scola y las actuaciones se entrelazan para crear una experiencia cinematográfica que es tanto íntima como universal. “Un Día muy Especial” no solo fue merecedora de una nominación al Oscar, sino que también se erige como un testimonio poderoso y emotivo de la lucha contra la opresión y la afirmación de la individualidad.

Un día particular 

CINE.AR - La terraza

No confundir
En 1963, el reconocido cineasta Leopoldo Torre Nilsson estrenó LA TERRAZA, una película que marcó un cambio en su estilo. Acercándose a la estética de la nueva generación de cineastas, la película explora el universo juvenil de la época, marcado por la incertidumbre y la lucha contra las expectativas de sus padres. A través del encierro de un grupo de jóvenes en la terraza de un edificio, la película refleja la tensión generacional y la búsqueda de un camino propio en un país con pocas certezas.

«La terraza» (1980): es una película dramática de 1980 donde Ettore Scola, enfrenta en protagonicos a La terraza (1980)Marcello Mastroianni, Ugo Tognazzi, Vittorio Gassman, Jean-Louis Trintignant, Stefano Satta Flores, Stefania Sandrelli y Carla Gravina.

Se despliega como una tragicomedia que entrama las existencias de diversos individuos cuyos destinos se cruzan en un mismo inmueble romano. En el transcurso de escenas que reflejan la vida diaria, explora con sutileza las profundidades de la soledad, los lazos de camaradería y el anhelo constante por alcanzar momentos de dicha.

Género Drama

Sinopsis En el escenario de una terraza en la eterna Roma, se entrelazan las vidas de un grupo de amigos y colegas, figuras destacadas del pensamiento de izquierda italiano, convocados por una pareja anfitriona de la alta sociedad. ‘La terraza’ despliega su narrativa a través de los eventos posteriores a una de estas reuniones, desglosando la historia en cinco capítulos que se despliegan a través de cinco perspectivas distintas, ofreciendo un mosaico de relatos que reflejan la diversidad de experiencias y visione.

Premios

1980 – Festival de Cine de Cannes

  • Mejor guión para Ettore Scola, Age y Scarpelli
  • Mejor actriz de reparto para Carla Gravina
  • Nominación a la Palma de Oro para Ettore Scola

1980 – Cinta de Plata

  • Mejor guión para Ettore Scola, Age y Scarpelli
  • Mejor actriz de reparto para Stefania Sandrelli

Críticas 

La película de Scola, aunque larga, es una introducción a un análisis crítico y debate autocrítico. Se muestra un cruce de masacres dialécticas en la Roma burguesa con personajes típicos de la condición burguesa y una representación política de izquierda. Emergen temas que sacuden la conciencia de los ciudadanos italianos, especialmente aquellos que lideraron y permitieron situaciones de quiebra. La película se considera una excepción en la producción italiana, reflejando las experiencias de Scola como cineasta y político del PCI. Resumen de

“La terraza”, una película que en su momento fue subestimada y criticada tanto por la militancia como por aquellos que rechazaban la perspectiva izquierdista de Ettore Scola, se destaca por combinar sentimentalismo e ideología en una mezcla que desafía las expectativas. A pesar de haber sido relegada al olvido, esta obra resuena con aquellos que encuentran en ella ecos de su propia vida, un testimonio del impacto perdurable que puede tener el arte.

La película nos lleva a la terraza de un edificio romano, lugar de encuentro para un grupo de hombres en el ocaso de sus días, cuyas vidas se entrelazan con las de sus mujeres y amantes, creando un tejido de solidaridad en declive. Con un elenco de renombradas estrellas del cine italiano y un grande francés, Scola dirige una sinfonía de actuaciones que navegan entre el drama y la comedia, todo bajo el prisma del característico humor negro italiano, lleno de vitalidad.

“La terraza” es también una reflexión melancólica sobre el paso del tiempo y la lucha contra la inevitabilidad del cambio, una búsqueda de esperanza en un futuro incierto. Scola, un director que siempre creyó en la humanidad y sus valores, nos invita a considerar si aún existen terrenos fértiles para cultivar la solidaridad en un mundo que parece inclinarse más hacia la división que hacia la unión.

Esta película, con su extenso metraje y su profundo mensaje, es una invitación a observar sin fatiga, a apreciar la maestría de un reparto sin igual y a reflexionar sobre la perfección que reside en la imperfección de la vida. “La terraza” es un homenaje a la capacidad del cine para tocar nuestras almas y desafiar nuestras percepciones, un legado que Scola deja para aquellos que aún se atreven a soñar con un mundo más solidario.

La terraza

«La familia» (1987): En esta película, Scola narra la historia de una familia italiana a lo largo de varias décadas, La familia (1987) - Filmaffinityexplorando las relaciones familiares, los cambios sociales y políticos, y la evolución de la sociedad italiana.

Estas películas son memorables por la profundidad de sus personajes, la habilidad de Scola para capturar la esencia de la vida cotidiana y su compromiso político y social. A través de su narrativa sencilla y efectiva, Scola logra emocionar, provocar reflexiones y ofrecer una mirada única a la sociedad italiana en diferentes momentos históricos

 

 

“La familia” de Ettore Scola es una película que se destaca por su capacidad de encapsular la vida de Carlo, desde su nacimiento hasta sus 80 años, todo dentro del microcosmos de su hogar. A través de la lente de Scola, somos testigos de las experiencias de juventud de Carlo, su amor no correspondido por su cuñada, su relación con su esposa e hijos, y su evolución política, todo ello en paralelo a los cambios sociales y culturales de Italia, desde el fascismo hasta una nueva perspectiva.

La dirección de Scola brilla al transformar lo cotidiano en arte, permitiendo que el espectador se vea reflejado en las vivencias universales que retrata. Vittorio Gassman ofrece una actuación formidable como Carlo, respaldado por las talentosas Stefania Sandrelli y Fanny Ardant, así como por un elenco cuidadosamente seleccionado que eleva la narrativa.

El cine sin gafas: La famiglia (La familia 1987) Ettore Scola/La vida, los  años y el amorSin embargo, la película también ha recibido críticas por su aparente simplicidad y por una fotografía que algunos consideran deficiente, con planos oscuros que dejan poco a la vista. La dirección ha sido descrita como plana por algunos, quienes sugieren que hay opciones de entretenimiento más atractivas.

En resumen, “La familia” es una obra que puede ser apreciada por su sencillez y la habilidad de Scola para capturar la esencia de la vida, o bien puede ser vista como una oportunidad perdida en el cine, dependiendo de la perspectiva del espectador. Es una película que invita a la reflexión sobre la naturaleza del cine y su impacto en nosotros, ya sea que nos veamos reflejados en ella o que busquemos algo más en nuestras experiencias cinematográficas.

La familia  

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