✎𝓒𝓲𝓷𝓮 𝔂 𝓛𝓲𝓽𝓮𝓻𝓪𝓽𝓾𝓻𝓪 Cornell Woolrich o William Irish

El Poe moderno que conquistó el Cine

Nacido el 4 de diciembre de 1903 en Nueva York, es un nombre que resuena con fuerza en el universo de la novela negra y el suspense. Conocido también por sus seudónimos William Irish y George Hopley, Woolrich es considerado uno de los grandes maestros del género, un autor cuya vida estuvo marcada por la tragedia, la soledad y una creatividad desbordante que lo llevó a convertirse en una figura clave tanto en la literatura como en el cine.

Una infancia de contrastes y sombrasReseña: Cornell Woolrich – A través del espejo

Hijo único de un ingeniero mexicano, Genaro Hopley-Woolrich, y una pianista estadounidense, Claire-Attalie Tarler, Woolrich vivió una infancia marcada por constantes cambios y tensiones familiares. Tras la separación de sus padres, pasó parte de su niñez en México, donde recolectaba cartuchos de bala vacíos en un entorno convulso por las revoluciones de 1910. Más tarde, regresó a Estados Unidos con su madre, una mujer sobreprotectora que influiría profundamente en su vida y obra.Su juventud estuvo plagada de desafíos. Una herida en el pie, agravada por la diabetes, lo obligó a guardar reposo durante largos periodos, tiempo que aprovechó para sumergirse en la escritura. Fue en esos momentos de aislamiento donde comenzó a gestarse el estilo que lo haría famoso: historias cargadas de fatalidad, suspense y una profunda empatía por las víctimas de la injusticia.

El camino hacia la literatura

Cornell Woolrich. Cover Charge. 1926. First edition. – Zachary StacyWoolrich inició su carrera literaria en 1925 con la publicación de Cover Charge, una novela que reflejaba la influencia de F. Scott Fitzgerald, a quien admiraba profundamente. Sin embargo, fue con Children of the RitzChildren of the Ritz by Cornell Woolrich | Goodreads (1927) que comenzó a destacar, ganando un premio literario y viendo su obra adaptada al cine. A pesar de este prometedor inicio, su carrera sufrió un estancamiento durante los años 30, obligándolo a depender del apoyo de su madre y a publicar relatos en revistas para sobrevivir.Fue en 1940 cuando Woolrich resurgió con fuerza, publicando algunas de sus novelas más icónicas. Títulos como La novia vestía de negroLa noche tiene mil ojos y La ventana indiscreta consolidaron su reputación como un maestro del suspense. Su estilo, caracterizado por un lirismo sombrío y una obsesión por las víctimas atrapadas en situaciones desesperadas, lo diferenciaba de otros autores del género, más cínicos y centrados en detectives heroicos.

El Cine: Su verdadero escenario

Si bien Woolrich brilló en la literatura, fue el cine el que inmortalizó su legado. Su habilidad para crear atmósferas inquietantes y tramas cargadas de tensión psicológica lo convirtió en uno de los autores más adaptados de su tiempo. Aproximadamente sesenta de sus obras fueron llevadas a la pantalla, consolidando su influencia en el séptimo arte.Entre las adaptaciones más destacadas se encuentra La ventana indiscreta (1954), dirigida por Alfred Hitchcock, un clásico que redefinió el thriller psicológico. François Truffaut también llevó al cine La novia vestía de negro (1968), mientras que otros títulos como Cortina negra y La dama fantasma encontraron su lugar en la gran pantalla. Su estilo narrativo, centrado en el suspense y la exploración de la psicología de las víctimas, influyó en cineastas como Jacques Tourneur y Robert Siodmak, quienes encontraron en sus historias una fuente inagotable de inspiración.

El legado de un maestro del suspenso

A menudo llamado «el Edgar Allan Poe moderno», Woolrich dejó una huella imborrable en la literatura y el cine. Su enfoque en la fatalidad, la injusticia y la fragilidad humana lo convirtió en un pionero del thriller psicológico, un género que sigue bebiendo de su influencia. Además, su obra trascendió el cine, llegando a la radio y la televisión, donde sus relatos continuaron cautivando a nuevas audiencias.A pesar de su éxito, la vida de Woolrich estuvo marcada por la soledad y el deterioro físico. Falleció en 1968, dejando tras de sí un legado literario y cinematográfico que sigue vivo. Sus historias, cargadas de suspense y humanidad, nos recuerdan que, incluso en las situaciones más oscuras, siempre hay una chispa de luz que ilumina el camino.

El fascinante mundo de William Irish en el Cine argentino

Carlos Hugo Christensen, un maestro del cine argentino, llevó los relatos de William Irish a los Estudios San Miguel, donde aceptaron filmarlos con la condición de que él mismo gestionara los derechos. Determinado, Christensen voló a Nueva York y consiguió los derechos por una suma modesta. La adaptación fue encargada a Alejandro Casona, uno de los grandes maestros de la Generación del 27, dramaturgo español exiliado en Buenos Aires desde el fin de la Guerra Civil. Inicialmente, se planeó un largometraje en tres episodios, pero uno de ellos resultó demasiado largo, por lo que se convirtió en una película separada titulada Si muero antes de despertar, que se estrenó un poco antes. Los otros dos episodios se integraron en No abras nunca esa puerta.

Si muero antes de despertar

Es una película argentina de suspenso, estrenada el 29 de abril de 1952. La historia sigue a un niño de 11 años que, tras descubrir la identidad de un secuestrador de niñas en su vecindario, se enfrenta al dilema de no revelar la información a su padre, un policía, por miedo a confesar su propia falta. Este secreto pone en riesgo su vida. Encarnación del “cuco” en su versión más siniestra, el lunático interpretado por Homero Cárpena no solo tiene un aspecto aterrador, sino que además niega a Dios y carece de los rasgos humanos que poseían otros villanos del cine, como Peter Lorre en M, de Fritz Lang, o Nathán Pinzón en El vampiro negro.

La película fue bien recibida, alcanzando el puesto 40 en una encuesta de las 100 mejores películas del cine argentino en el año 2000, y mejorando a la posición 31 en una encuesta de 2022. El reparto incluye a actores como Néstor Zavarce, Blanca del Prado y Homero Cárpena. A lo largo de los años, la película ha enfrentado desafíos, incluyendo la pérdida de su negativo original, pero fue recuperada gracias a esfuerzos de restauración. Es un ejemplo significativo del cine argentino de la época y continúa siendo objeto de estudio y admiración.

 Si muero antes de despertar

No abras nunca esa puerta

Película argentina de suspenso en blanco y negro, dirigida por Carlos Hugo Christensen y estrenada el 23 de mayo de 1952. Basada en cuentos de Cornell Woolrich, la película se compone de dos episodios independientes que exploran la puerta que separa el bien del mal.

Los dos episodios:

  1. Alguien al teléfono: Un misterio que el protagonista resuelve de forma trágica.
  2. El pájaro cantor vuelve al hogar: Un film noir clásico con una protagonista ciega.

Sinopsis: La trama de la película «No abras nunca esa puerta» se desarrolla a través de dos episodios independientes que comparten un tema común: una puerta que separa el bien del mal. En el primer segmento, titulado «Alguien al teléfono,» el personaje de Ángel Magaña busca vengar la muerte de su hermana, quien se suicida debido a deudas de juego. En el segundo episodio, «El pájaro cantor vuelve al hogar,» Roberto Escalada interpreta a un ex presidiario que regresa a su hogar, donde su madre ciega, interpretada por Ilde Pirovano, cree que él se ha reformado.

Ambos relatos están basados en cuentos de Cornell Woolrich y fueron adaptados por Alejandro Casona. La película, dirigida por Carlos Hugo Christensen, se caracteriza por su atmósfera de suspenso y la habilidad del director para crear tensión visual, como se evidencia en una secuencia notable donde una mujer ciega busca un arma en total silencio.

Ficha técnica: La película tiene una duración de 90 minutos y está en español. Fue producida por Estudios San Miguel y cuenta con música de Julián Bautista y fotografía de Pablo Tabernero.

Recepción crítica: Los críticos han elogiado la película por sus secuencias de suspenso, particularmente una escena muda de cinco minutos que involucra a una mujer ciega que busca un arma, que muestra las habilidades narrativas visuales del director. Algunas críticas destacan la calidad técnica de la película y su capacidad para crear una atmósfera escalofriante, mientras que otras señalan que puede faltarle profundidad en sus narrativas.

Impacto cultural: En una encuesta del año 2000 del Museo del Cine Pablo Ducrós Hicken, la película ocupó el puesto 41 entre las mejores películas argentinas, y se ubicó en el puesto 45 en una encuesta de 2022 presentada en el Festival Internacional de Cine de Mar del Plata. Los críticos la han calificado como una de las mejores películas policiales del cine argentino, destacando su eficaz uso de las sombras y el suspenso.

 No abras nunca esa puerta

 

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